Sin embargo recientemente, a finales del mes de junio del año en curso algo inexplicable ha sucedido y es que se ha observado que la figura gira por sí sola 180 grados, sin que se le halle ninguna explicación razonable a este movimiento.
Los conservadores del museo comenzaron a notar que la posición de la figuraba variaba durante el día, por lo que decidieron colocar unas cámaras para esclarecer si realmente cambiaba de posición. Tras 24 horas de grabación, comprobaron que sus sospechas no habían sido fruto de su imaginación y la estatua giraba 180 grados sin que nadie la tocara o se acercara a ella. La figura permanece inmóvil por la noche, pero durante el día se mueve ligeramente.
Se han ensayado diferentes explicaciones como el que la estatuilla se desplaza a causa de la vibración del suelo producto de las visitas que reciben en el día, sin embargo las otras figuras de diferentes tamaños que hay en la misma vitrina no se mueven, así sean de menor tamaño. Otros aseguran que el movimiento podría estar relacionado con energías del antiguo Egipto, donde se creía que si la momia se destruye, la estatuilla puede actuar como recipiente alternativo para el espíritu.
El egiptólogo y conservador del museo, Campbell Price, comentó “De repente me di cuenta de que la estatua estaba dada la vuelta. Me pareció muy raro porque se encuentra en una vitrina y yo soy el único que tiene una llave. La puse en su posición original, pero al día siguiente se había movido de nuevo”.
El doctor Brian Cox considera que el movimiento de la figura se debe a la denominada "fricción diferencial". "Cuando dos superficies, la piedra serpentina del estante estatuilla y el vidrio entran en contacto, se causa una sutil vibración que es lo que está haciendo girar la estatua", explicó. Sin embargo, otros expertos descartan esta hipótesis ya que aseguran que esa vibración no podría realizar el círculo perfecto que realiza la estatua cada día.
Independientemente del motivo que se halle detrás del movimiento de la estatuilla, el museo ha logrado duplicar el número de visitantes, ávidos por contemplar en primera persona la misteriosa efigie.
Con poner la imagen en un lugar donde no transiten personas y filmarla todo el tiempo a ver si se mueve igual que en la vitrina, el asunto queda resuelto y se evita tantas especulaciones.
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